Algunos piensan que la intuición es un
regalo, pero también puede ser una
maldición. Una voz que nos lleva a
lugares que es mejor que sigan estando
inexplorados, un eco de recuerdos que
nunca morirán. No importa las veces que
intentemos matarlos.
Ante una encrucijada, a mi padre le gustaba decir, "sigue tus instintos". La intuición decía siempre decide en nuestro mejor interés. Es una voz que nos dice quién es amigo y quién enemigo, a quiénes mantener lejos y a quiénes cerca. Pero a menudo nos distrae el miedo, la duda, la esperanza y nos negamos a escuchar.
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